Raúl Valencia Ruiz
Cierta medianoche aciaga, cuando, con la mente cansada meditaba sobre cierto parloteo llegué a esta conclusión: los héroes sólo existen en los libros; sin embargo, debo confesar que la idea no es mía. Tan severa sentencia de André Malraux se presenta como conclusión de un derrotero por los conceptos y opiniones que lamentablemente hoy en día expresan muchos de los autodenominados “analistas políticos” de derecha o de izquierda en diferentes medios de la región. Ambos tipos de analistas presentan sus argumentos como verdades únicas al respecto de los de su contraparte; como el Syllabus de la Iglesia en la segunda mitad del siglo XIX. Nunca hablan de su fraternal coincidencia; su interés (o ambición), por controlar el poder político o la opinión pública y demostrar con ello que tienen la razón; lo cual reduce todo a una cuestión de egos y los vuelve iguales, complemento uno de otro. El asunto tal vez deba ser planteado de la siguiente manera: desconfía de todo aquel que bajo la bandera de héroe (sea de “izquierda” o de “derecha”), trate ofrecerte una verdad acabada.
La obligación ética que se tiene a consecuencia de ostentar o pretender ser un formador de opinión pública, considero, tiene varios niveles de responsabilidad. Quien se identifica con el pensamiento político conservador o de derecha, goza de una serie de argumentos, los cuales derivan principalmente de los dogmas religiosos o de las tradiciones más arraigadas en el inconsciente colectivo, como el papel de la mujer en las relaciones interpersonales y en la sociedad o el origen o causa de las desigualdades sociales; preservar el establishment a costa de negar las oportunidades de cambio reales que ofrece un pensamiento cultural, político y económico diferente. Sin embargo, esto no es fácil, se requiere poseer un profundo conocimiento sobre el hispanismo y sus variantes en México, ser un meticuloso observador de las consecuencias de nuevos conceptos y prácticas derivadas de las nuevas tecnologías en nuestra sociedad, pero para eso aquí hace falta mucho. Éticamente hablando quien mayor grado de responsabilidad adquiere a la hora de verter sus ideas en las páginas de los diarios o comentar su opinión en las estaciones radiofónicas, es quien dice profesar un pensamiento de izquierda, ahí la labor es doblemente difícil, debe conocer el pensamiento imperante y ser sensible a las problemáticas que de el provienen; formular y presentar alternativas; no conformarse con las condiciones actuales en las que evidentemente existen abusos y negligencias por parte de las autoridades en sus tres niveles de gobierno (hablo de gobernadores que derrochan el erario público en espectáculos banales y ayuntamientos que hacen y rehacen lo ya hecho como plazas públicas y bulevares); y sin embargo, ir más allá.
Recientemente Porfirio Muñoz Ledo (coordinador del Frente Amplio Progresista), en entrevista radiofónica puso en jaque a su interlocutor al cuestionar el nivel de análisis político en los medios de comunicación, “actualmente todo gira entorno del chisme” sentenció. Se derrochan recursos públicos utilizando medios de comunicación públicos y privados para hablar única y exclusivamente de lo que va a hacer o hizo esta administración pública, o bien para leer sendas reseñas y crónicas políticas que alguien más escribió; el análisis de los grandes temas nacionales trasladados al escenario local está ausente. La acción civil organizada insipiente[1]; y sin embargo, hay quienes se atreven a adjudicarse los esfuerzos de otros desde la facilidad que da un cargo o una tribuna mediática. Todo en nombre de un supuesto beneficio común, solo eso y nada más.
[1] insipiente. (Del lat. insipĭens, -entis). 1. adj. Falto de sabiduría o ciencia. U. t. c. s. 2. adj. Falto de juicio. U. t. c. s. Real Academia Española ©
Raúl, una felicitación por tu blog, gracias por invitarme… ¡Provecho para todos!
Felipe,
muchas gracias por tomarte el tiempo, saludos.
Malencia!!
Oiga Vale, felicidades esta bien chido tu blog carnal!!
Ánimo!
Justo el otro día reflexionaba sobre esta dualidad. ¿Por que sigue siendo actual? ¿Por que no matar tanto a la izquierda y a la derecha que tanto daño nos han hecho y comenzamos por pensar realmente diferente? ¿será que el problema está en el tipo de pensamiento y no en donde realmente está el problema? ¿donde está? ¿hay problema? en fin… para eso se hicierón las noches, las botellas de tequila, las sillas y los amigos. Salud por tu blog. En constante espera de tu visita: Tu hermano.
Moller, como siempre un placer leer tus opiniones siempre pertienentes y conciliatorios, ya se me antojo discutirlo con unos tequilas y ¿porqué no? corresponder la visita a Lagos.
Hey! chido tu espacio. Aquí nos estamos leyendo
Saludos
Liz
Orales, Raul chido tu espacio y sobre todo tus ideas…
Saludos.